Padecimientos
¿Cómo afecta la parálisis facial a la salud mental?
- Autor: Giovana Femat
La parálisis facial es un trastorno relativamente frecuente que se caracteriza por la pérdida de movilidad de algunos músculos de la cara y que a su vez es causado por daño de algunos nervios. Este padecimiento suele estar acompañado de estrés emocional, ansiedad y en casos más graves depresión.
Estas manifestaciones generalmente se presentan más en aquellas personas que desarrollan parálisis facial en etapas más avanzadas de la vida, o en jóvenes durante la adolescencia, comparado con los pacientes que sufren parálisis facial desde el nacimiento o en la infancia temprana.
Este tipo de comorbilidades emocionales suelen deberse a dos condiciones principales. La primera es porque las alteraciones del rostro son evidentes, difícilmente se pueden ocultar, y el aspecto físico es una de nuestras preocupaciones del día a día.
La segunda es por el estigma social que suele acompañar a esta enfermedad, ya que las miradas o preguntas de las personas pueden generar incomodidad.
Tipos de parálisis facial
De origen central: Es la más grave porque el daño se origina a nivel del cerebro y puede estar asociada a eventos isquémicos como embolias o infartos cerebrales. Esta variante de parálisis es la menos evidente físicamente, ya que el daño suele originarse sólo en uno de los cuadrantes de la cara.
De origen periférico: Es la más común y suele tener un carácter benigno, es decir, rara vez está asociada a causas de gravedad. Sucede por la alteración de los nervios que inervan a los músculos de la cara que son nervios periféricos. Físicamente es la más evidente ya que suele afectar un lado completo de la cara, afectando la gesticulación y la simetría facial.
Por la alta frecuencia de la parálisis facial periférica y por su impacto sobre el estado emocional de los pacientes, durante el resto de éste artículo nos enfocaremos en esta variante.
¿Qué causa la parálisis facial?
Las causas más comunes suelen ser por inflamación de los nervios periféricos y generalmente suceden por infecciones virales como resfriados o infecciones gastrointestinales que muchas veces pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, un porcentaje nada despreciable suele ser idiopático, es decir, que no se puede identificar la causa.
En situaciones menos comunes la causa suelen ser enfermedades inflamatorias como esclerosis múltiple o incluso defectos que están presentes desde el nacimiento.
¿Cómo se manifiesta este trastorno?
La asimetría de la cara es la manifestación característica. A continuación describiremos a detalle los hallazgos que se presentan.
La parálisis facial suele manifestarse como la incapacidad de movilizar un lado de la cara por la afección de los músculos faciales. Por ejemplo, si se afectan los nervios del lado izquierdo de la cara:
- El paciente tendrá “lisa” la mitad izquierda de la frente por la pérdida de función de los músculos de ese lado y el borramiento de las arrugas de expresión.
- El párpado izquierdo estará caído y le será imposible elevar el párpado de ese lado.
- El surco de la nariz también estará “caído” y con dificultad para movilizarse.
- La boca parecerá estar “jalada” hacia la izquierda, y al realizar acciones como sonreír será evidente que el lado izquierdo no se puede mover, lo que será también evidente al momento de ingerir alimentos, sobre todo líquidos, ya que puede chorrear por ese lado de la boca.
¿Cuánto tarda el proceso de recuperación?
La duración de la parálisis facial depende de muchas variables como por ejemplo la etiología, el tiempo en que se llegue al diagnóstico y la gravedad e intensidad con que se manifieste. Sin embargo, la más importante es la instauración temprana del tratamiento y la rehabilitación facial.
Te podría interesar: ¿Cómo volver a sonreír cuando se tiene parálisis facial?
Pilares del tratamiento
El tratamiento de la parálisis facial se basa en tres pilares fundamentales:
- El primero es el tratamiento farmacológico, que puede incluir antiinflamatorios esteroideos o no esteroides, complejos vitamínicos, antivirales o neuromoduladores. El objetivo es disminuir el daño, y generalmente van enfocados a tratar la causa desencadenante como por ejemplo infección por el virus del herpes simple o aliviar los síntomas como el dolor que en ocasiones puede acompañarlo.
- El segundo pilar es la rehabilitación facial que incluye rehabilitación neurológica. El objetivo es reducir el tiempo de recuperación, y en los casos en que la parálisis se encuentre avanzada, permite reducir las secuelas y recuperar la movilidad y la sensibilidad de una manera total o parcial. Esto se logra mediante una serie de ejercicios y terapias personalizadas dependiendo de las necesidades de cada paciente. Este tipo de ejercicios pueden ser activos o asistidos.
Ejercicios activos: Consisten en una serie de movimientos musculares repetitivos que fortalecen distintos grupos musculares, como por ejemplo contraer los labios como “dando un beso”, elevar o juntar las cejas, o cerrar los ojos.
Ejercicios asistidos: En los que el paciente utiliza sus dedos para estimular los músculos que quiera ejercitar.
Existen otras terapias que pueden ser de beneficio para cada uno de los pacientes, como por ejemplo los ejercicios frente al espejo o el utilizar otras alternativas.
- El tercer pilar de la terapia es la terapia psicológica. La mayoría de las enfermedades neurológicas suelen condicionar en muchas ocasiones una incapacidad para desarrollar tareas de la vida diaria, dolores frecuentes, movimientos anormales o alteraciones de memoria y de la independencia, por lo que suelen acompañarse de trastornos emocionales como depresión o ansiedad, y la parálisis facial no suele ser la excepción.
La terapia psicológica tiene como objetivo el disminuir el estrés emocional que son causa tanto del estigma social como del ser conscientes que la parálisis facial es evidente y la recuperación en ocasiones es tardada.
Para esto, los neurólogos se apoyan con psicólogos especializados en este tipo de trastornos que mediante sesiones de terapia cognitiva y conductual ayudan a los pacientes a desarrollar aptitudes para afrontar día a día esta situación.
Recomendaciones para el tratamiento
A continuación te damos una serie de consejos que pueden ayudarte durante el proceso de recuperación de una parálisis facial.
- El tratamiento oportuno siempre es mejor. Al buscar atención médica temprana, el período de recuperación y por lo tanto, la gravedad de las secuelas suele ser menor.
- El tiempo de recuperación es indeterminado. Como hemos mencionado previamente, existen diferentes causas de parálisis facial, además por lo que el tratamiento puede ser diferente. Además, cada paciente es diferente al resto, lo que explica que algunos responden en mayor o menor medida, o más o menos rápido, comparado con los demás.
- El apego a la terapia es clave para una recuperación temprana. El hecho de que el tratamiento a veces sea largo puede ocasionar que los paciente se desanimen y al ver resultados lentos pueden optar por abandonar las sesiones de terapia. El ser conscientes de que los resultados pueden tardar, ayuda a conservar la perseverancia.
- Los problemas emocionales son igual de importantes. Primero que nada debemos tener en cuenta que es esperable tener sentimientos de frustración, enojo o tristeza. Sin embargo, también debemos ser conscientes de que no estamos solos y que existen personas a nuestro alrededor, ya sea amigos o familia, pero además profesionales de la salud que están capacitados para apoyarnos y acompañarnos en este proceso. El conocer que contamos con todas éstas herramientas nos permitirá sanar antes con mejores resultados.
Encuéntranos sin problemas
También puedes visitarnos
nos encantaría conocerte
Sayula 310, Mitras Sur, 64020 Monterrey, N.L.
Lunes a viernes
9:00 am a 19:00 pm
Sábados
9:00 am a 14:00 pm
© 2023 Neurocenter. Todos los derechos reservados.