Cuando ocurre una crisis convulsiva la persona pierde el control de su cuerpo, por lo que durante la crisis puede presentar algunas complicaciones que dejan secuelas.
Las secuelas de una convulsión pueden variar dependiendo de varios factores, como la gravedad de la convulsión, la duración, la frecuencia y el área del cerebro afectada. Aquí hay algunas posibles secuelas:
- Daño cerebral: Si una convulsión es muy prolongada o severa (como en el estado epiléptico), puede causar daño cerebral. Esto puede llevar a cambios en la cognición, la memoria y el comportamiento.
- Problemas de memoria y cognitivos: Las convulsiones recurrentes, especialmente las que ocurren en el lóbulo temporal (la región del cerebro responsable de la memoria y el procesamiento de información), pueden provocar problemas con la memoria y la cognición.
- Cambios emocionales y de comportamiento: Las convulsiones pueden llevar a cambios en el comportamiento y la salud emocional, incluyendo ansiedad, depresión y cambios en la personalidad.
- Lesiones físicas: Durante una convulsión, una persona puede sufrir lesiones físicas, como fracturas óseas, dislocaciones, contusiones, y mordeduras en la lengua o en el interior de la boca.
- Efectos a largo plazo: Si las convulsiones son frecuentes y no se controlan adecuadamente, pueden llevar a un deterioro del estado de salud general, interferir con la capacidad para trabajar o estudiar, y reducir la calidad de vida.
- Muerte súbita inesperada en la epilepsia (SUDEP): Aunque es raro, las personas con epilepsia tienen un riesgo aumentado de SUDEP, especialmente si las convulsiones no están bien controladas.
Es importante destacar que cada persona es única, y no todos experimentarán estas secuelas. Con un tratamiento adecuado, muchas personas con convulsiones o epilepsia pueden llevar una vida normal y saludable. Sin embargo, es fundamental recibir atención médica para cualquier convulsión, especialmente si es la primera vez que ocurre o si es severa.
¿Qué es una convulsión?
Una crisis convulsiva o epiléptica es un trastorno de la actividad eléctrica en donde las neuronas producen de forma descontrolada actividad lo que se traduce en la presencia de movimientos involuntarios y en algunos casos de pérdida de la consciencia.
En ocasiones puede preceder un aura que es una sensación que la persona percibe previo a la crisis, esto puede ser una sensación, visión, olor o síntoma.
Posteriormente la persona entra en un periodo postictal que es la fase en donde la persona aún no recupera la consciencia, sin embargo ya no se encuentra la crisis activa. Posterior a una crisis epiléptica los pacientes no recuerdan haber presentado la crisis, sin embargo con frecuencia se sienten fatigados.
¿Qué es la epilepsia?
Convulsión y epilepsia no son sinónimo. La epilepsia es una enfermedad que le confiere a la persona una mayor probabilidad de presentar una convulsión, es decir, el presentar una crisis convulsiva no quiere decir que la persona vuelva a presentar otra convulsión, esto es porque la crisis convulsivas pueden ser causadas por factores externos que pueden eliminarse y con ello se elimina el riesgo de nuevamente convulsionar.
¿Qué puede causar una crisis convulsiva?
Existen distintos factores que pueden hacer que una persona convulsione:
- Fiebre:
Esto ocurre particularmente en niños que presentan fiebre secundaria a una infección. Cuando la temperatura del cuerpo es muy alta y por tiempos prolongados puede causar una crisis convulsiva en el niño. Usualmente, cuando un niño presenta una convulsión febril es más propenso a presentar otra crisis en otro cuadro febril, sin embargo este riesgo disminuye conforme avanza la edad.
- Infecciones neurológicas:
Las infecciones del sistema nervioso pueden ser de las meninges, las capas que recubren al cerebro o propiamente del cerebro. La inflamación que se produce secundaria a la infección hace que las neuronas sean más propensas a generar una actividad desproporcionada y causar una crisis convulsiva. Si no persiste un daño estructural posterior a la infección, las crisis no vuelven a ocurrir una vez que el paciente termina su tratamiento.
- Accidentes cerebrovasculares:
También conocidos como “embolias” son trastornos ya sea isquémicos (privan al cerebro de oxígeno) o hemorrágicos que suelen dejar un daño en el cerebro de forma crónica. Una de las probables secuelas de estos accidentes es la epilepsia.
- Traumatismos:
Los golpes en la cabeza también pueden causar en el momento crisis epilépticas, dependiendo de la magnitud del traumatismo es probable que se quede un daño permanente cerebral que predisponga a crisis convulsivas.
- Enfermedades genéticas:
Existen algunas alteraciones genéticas que se pueden acompañar de crisis epilépticas, usualmente son síndromes raros que además se pueden acompañar de malformaciones o disfunción de otros órganos.
- Abstinencia o intoxicación por drogas:
El cese súbito del consumo de una droga que la persona solía consumir con regularidad es causa de un periodo abstinencia, en el cual no es infrecuente que la persona presente crisis convulsivas.
¿Se puede complicar una crisis convulsiva?
Como mencionamos previamente, durante una crisis la persona se encuentra usualmente inconsciente por lo que existe el riesgo de complicaciones:
- Broncoaspiración:
Durante la crisis los pacientes pierden la capacidad de deglutir, una acción fundamental para el manejo de secreciones, por lo cual se corre el riesgo de que estas secreciones obstruyan la vía aérea y no permitan que la persona respire. Debido a que el cerebro funciona principalmente con oxígeno, si se pasan tiempos prolongados sin recibirlo, puede quedar un daño permanente, la gravedad del daño depende del tiempo de hipoxia. No se debe de introducir nada en la boca del paciente en crisis
- Fracturas:
Cuando las crisis son tónicas o clónicas, es decir, que se acompañan de movimientos bruscos de brazos y piernas, la persona puede sufrir un traumatismo lo suficientemente fuerte como para provocar una fractura. Recuerda retirar objetos como sillas, mesas o muebles con los que la persona pueda golpearse durante la crisis. También es importante recalcar que no se debe de tratar de detener estos movimientos, puesto que esto también puede causar fracturas.
- Accidentes:
Si la persona se encuentra manejando un vehículo o maquinaria peligrosa, el presentar una crisis convulsiva durante su manejo puede incluso poner en riesgo la vida del paciente. Es por esto que las personas con epilepsia en descontrol no deben hacer uso de maquinaria o vehículos.
Conclusiones
Como verás, no existe tal cual una secuela por la propia convulsión, sino que dependerá de las condiciones en las que se encuentre el paciente, sus enfermedades, el desencadenante, la situación en la que se encuentre y su manejo.
Es por esto que cualquier persona que presente una crisis epiléptica debe de ser evaluado por un neurólogo para descartar que se hayan presentado estas complicaciones, y, en caso de ser el primer evento realizar los estudios pertinentes con el fin de descartar una condición crónica que predispone a futuras crisis y se establezca el diagnóstico de epilepsia.
Es crucial entender que la gestión de las convulsiones es un componente vital para minimizar el impacto de las posibles secuelas. Los médicos usan medicamentos antiepilépticos para controlar las convulsiones en la mayoría de los casos. En ocasiones, cuando los medicamentos no son efectivos, se pueden considerar otros tratamientos, como la cirugía cerebral, la estimulación del nervio vago o la dieta cetogénica.
El objetivo es reducir la frecuencia y la gravedad de las convulsiones para disminuir el riesgo de daño cerebral y mejorar la calidad de vida del individuo. Por último, aunque la idea de las secuelas puede resultar intimidante, es importante recordar que con el manejo apropiado y el apoyo adecuado, las personas con convulsiones pueden llevar una vida plena y productiva.