Historias
Mi cerebro cambió
- Autor: Adriana Loya
"Siempre escuché hablar de los infartos cerebrales,
pero nunca pensé que me podría pasar a mi."
La terapia depende de los problemas que presenta la persona afectada. Por lo general se realiza mediante ejercicios de respiración y coordinación o juegos y cuentos muy puntuales en el caso de los niños. En adultos se logra con prácticas acordes con la edad de la persona. En todos los casos siempre es necesario, y de mucha importancia, la asistencia de un psicólogo.
Cada terapia o tratamiento requiere de por lo menos dos sesiones semanales, que podrán disminuir en la medida en que el paciente vaya mostrando mejoría con evidentes signos de recuperación y evolución.
Aprendiendo un poco más sobre los infartos cerebrales
Después de mi terrible experiencia, pude conocer mucho más sobre los EVC. Por ejemplo, supe qué es un infarto cerebral realmente, aprendí que se trata de la interrupción o reducción importante del suministro de la sangre que va al cerebro. Pensaba que se trataba de un bloqueo de la sangre, pero resulta que puede producirse por la pérdida o rotura de un vaso sanguíneo (EVC hemorrágico), o que también puede ocurrir que alguna arteria quede obstruida (EVC isquémico); y eso solo por mencionar los casos más comunes.
Con todo esto entendí que conocer sobre estos temas podría significar la diferencia entre la vida y la muerte. Por ejemplo, cuando comencé a experimentar el Infarto Cerebral, de inmediato quienes estaban conmigo buscaron darme la atención que necesitaba. Detectar los síntomas de forma temprana es determinante para superarlo con éxito.
Aunque los infartos cerebrales son de efecto inmediato, suele sentirse antes de éste cierto adormecimiento repentino en la cara, de un brazo o de una pierna. También se siente mucha confusión y es difícil hablar bien, mucha dificultad para caminar y coordinar los movimientos del cuerpo, problemas para ver con claridad y mucha presión en la cabeza; siendo que los síntomas dependen del área del cerebro que no está recibiendo sangre.
Un camino sin salida
Cuando se sufre de un infarto cerebral, causas, síntomas y consecuencias forman parte del proceso. Cuando estuve en el hospital fue muy difícil asumir todo lo que pasaba. Pero cuando llegué a casa fue mucho peor: me sentía inútil y pensé que nunca podría recuperarme; parecía que estaba en un camino sin salida.
Con el tiempo, encontré esta salida a mi situación y comencé a enfrentarla con un tratamiento que cambió mi vida y me ayudó a recuperarme y a salir adelante.
Regenerando mi cerebro nuevamente
Aunque sufrir un EVC fue una experiencia que marcó mi vida y la de mi familia, con el tiempo, y después de un largo proceso, pude entender que existen alternativas que podían ayudarme a superar mi condición y retomar el dominio de mi cuerpo nuevamente.
Al fin entendí que algunas secuelas de un infarto cerebral tienen cura. Con el sistema de atención Neurología 360º, pude recibir un tratamiento personalizado para mi condición y progresivamente pude ver los resultados, tanto en mi mente, como en mi cuerpo y en mi estado de ánimo.
Aunque todavía tengo un camino por recorrer para mi recuperación, tengo la certeza de que mi vida ha dado un giro total y ahora tengo mucha esperanza de poder recuperar mis actividades. Eso sí, mi estilo de vida ha cambiado por completo: ahora me alimento de forma más saludable, me mantengo con más actividad física y tengo mucho cuidado con mis hábitos en general para evitar sufrir un nuevo episodio cerebral.
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