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Estudios diagnósticos para trastornos del sueño

En la actualidad, múltiples cambios se han visto involucrados en nuestra conducta y hábitos de la vida cotidiana. El ser humano moderno ha modificado uno de los más importantes; el sueño. Los estudios diagnósticos que valoran la calidad del sueño suelen ser diversos, entre ellos podemos encontrar la polisomnografía, la actigrafía, el estudio de latencias múltiples de sueño, entre otros.

Es importante considerar que todos estos métodos diagnósticos deben de ser implementados por un neurofisiólogo o médico especialista en cada una de las patologías asociadas al sueño.

En Neurocenter sabemos que el sueño es una parte importante en el desarrollo humano, que tiene un papel fundamental en el óptimo funcionamiento físico y mental, por ello es que al ser una clínica especializada en neurología, contamos con el equipo necesario para poder diagnosticar trastornos del sueño que afectan la calidad de vida de nuestros pacientes.    

El sueño es la función biológica central de importancia para los seres vivos, en él se producen diversos procesos biológicos como:

  • La conservación de la regulación metabólica
  • Conservación de la memoria
  • Eliminación de sustancias nocivas
  • Activación del sistema inmunológico.

Qué estudios ayudan a diagnosticar trastornos del sueño

Como mencionamos al inicio de este artículo, son múltiples los estudios que pueden ayudar al médico a diagnosticar un trastornos del sueño, cada uno de ellos lo hace de mejor o menor manera.

  •   Polisomnografía

Se trata de un estudio que se realiza para monitorear simultáneamente múltiples variables biológicas durante una noche de sueño, ayuda a estadificar etapas del sueño mediante el monitoreo del electroencefalograma, electrooculograma, electromiografía submentoniana, flujo del aire nasa y oral, oximetría, esfuerzo respiratorio, electrocardiograma y electromiografía del músculo tibial anterior, así como también la posición del paciente.

Ayuda a determinar el tiempo total del sueño, eficiencia del sueño, la duración de cada una de las etapas, el número total de cada una de las extremidades y la grabación que permite identificar las conductas anormales.

  •   Escalas

Los cuestionarios y escalas se basan en cuantificar síntomas que típicamente se presentan en los trastornos del sueño y cuantifican la frecuencia y severidad. Entre ellos podemos encontrar las escalas enfocadas en estimar el riesgo o probabilidad de padecer:

– Síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) (cuestionario de Berlín, la escala de STOP)

–  Insomnio ( escala de Atenas)

– Escalas que miden la somnolencia diurna (escala de Epworth)

– Escalas que miden la calidad del sueño (Índice de calidad del sueño Pittsburgh). 

Ayudando a apoyar y enriquecer el diagnóstico previo.

  •   Actigrafía

Es un estudio que emplea un dispositivo portátil colocado en la muñeca de alguna de las manos, que cuantifica el tiempo de actividad o los movimientos y periodos de reposo- sueño que presenta el individuo a lo largo de 24 hrs.

Cuantifica la latencia del sueño, duración de alerta y el número de despertares durante la noche. No sustituye a la polisomnografía, solo es de utilidad cuando las personas no toleran las condiciones de un estudio como en niños o ancianos.

  •   Estudio de latencias múltiples de sueño

Es el estudio de elección para la hipersomnia diurna o sospecha de narcolepsia. Se realiza durante el día, duración entre 1.5- 3 horas después del sueño nocturno. Se evalúa la latencia del sueño MOR.

Los trastornos del sueño están involucrados en múltiples factores, han sido un objeto de estudio constante, ya que en la población actual se ha observado un incremento exponencial.

Dichos trastornos tienen importancia médica en la población joven, destacando ser parte importante en el estilo de vida y desarrollando enfermedades a largo plazo. Su diagnóstico oportuno es una medida preventiva para la calidad de vida.

El sueño y sus fases

La función biológica del sueño, se divide en 2 fases, ocurriendo en la misma sucesión: comenzando con el llamado sueño sin movimientos oculares rápidos (No MOR), y después pasando al sueño con movimientos oculares rápidos (MOR).                            

  •       Sueño No MOR

–        Fase N1: Corresponde con la somnolencia o el inicio de sueño ligero. La actividad muscular disminuye y se observan sacudidas musculares súbitas. Suele ser fácil despertar al individuo.

–        Fase N2: En esta fase la temperatura, frecuencia cardíaca y respiratoria comienzan a disminuir paulatinamente.

–        Fase N3 o sueño de ondas lentas: Es la fase más profunda

  •       Sueño MOR

–        Fase R: Se caracteriza por movimientos oculares rápidos. Los músculos disminuyen, la frecuencia cardíaca y respiratoria se vuelve irregular y puede incrementarse. En esta fase pueden recordar vívidamente el contenido de sus ensoñaciones.

En un adulto joven pasa aproximadamente 70- 100 minutos en sueño No MOR para después pasar a sueño MOR, que dura 5-30 min, y se repite cada hora y media durante toda la noche. Por lo que, en una noche se presentan 4- 6 ciclos de sueño MOR. Cuando existen alteraciones en el sueño, son capaces de ser identificadas por medio de estudios diagnósticos.

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