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La estimulación magnética transcraneal (rTMS por sus siglas en inglés) es una técnica neurofisiológica que permite la inducción, de forma segura y no invasiva, de una corriente en el cerebro.
Se produce a través de un estimulador capaz de despolarizar neuronas en la corteza cerebral y evocar movimientos contralaterales al activar vías corticoespinales.
Actualmente puede utilizarse como complemento de otros métodos neurocientíficos, para el estudio de la excitabilidad cortical y en el mapeo de funciones cerebrales corticales, permitiendo establecer relaciones entre la actividad cerebral y los comportamientos.
La evidencia creciente a partir de estudios neuropsicológicos, neurofisiológicos y de neuroimagen en animales y humanos demuestra que el procesamiento cognitivo y el comportamiento son consecuencia de interacciones entre regiones cerebrales distantes que se entroncan en redes neurales funcionales.
Además, la mayoría de las enfermedades neuropsiquiátricas, como el Parkinson o la depresión, pueden conceptualizarse como alteraciones de circuitos neurales. Las manifestaciones de una misma enfermedad varían enormemente de enfermo a enfermo. Esto se debe en parte a diferencias genéticas o variaciones en el grado o mecanismo de lesión.
Por otro lado, en el ámbito terapéutico, la estimulación magnética transcraneal promete ofrecer alternativas seguras y eficaces para el tratamiento de un gran número de patologías, incluyendo, entre otras:
Gracias a que permite generar efectos neuromoduladores en zonas cerebrales y troncoencefálicas profundas en las que no puede inducir corrientes directamente, suele ser de gran impacto para detener el progreso de la enfermedad y neuro estimular las áreas afectadas.
La estimulación magnética transcraneal ofrece una herramienta eficaz, segura y no invasiva para modular la actividad en dicha red e inducir la normalización funcional por cambios en conectividad y actividad distribuida. Esto ofrece un planteamiento terapéutico novedoso y realmente individualizado a la disfunción neurofisiológica asociada con los síntomas de cada enfermo.
Se utiliza la técnica de pulsos pareados que permiten explorar la excitabilidad intra y cortical en salud y enfermedad, así como la integridad de la interacción entre conexiones cerebrales. Se estudia la estimulación directa cerebral y permite reclutar curvas que se potencializan en patologías de excitabilidad, junto con su respuesta en intervenciones.
Se produce una corriente pasa a través de una bobina de hilo de cobre encapsulada en una carcasa de plástico, situada sobre la cabeza del sujeto. En el momento en que un pulso de corriente pasa a través de la bobina de estimulación, se genera un campo magnético que pasa a través del cuero cabelludo y la calota del sujeto sin atenuarse (solamente decae con el cuadrado de la distancia).
Este campo magnético variable en el tiempo induce una corriente en el cerebro del sujeto. De este modo, la EMT podría considerarse como una forma de estimulación eléctrica no invasiva, sin electrodos, por inducción electromagnética.
El uso de la estimulación magnética transcraneal es novedoso y se ha visto evolución en múltiples enfermedades involucradas. Entre ellas encontramos
Procesos psiquiátricos
Enfermedades neurológicas:
Otros padecimientos:
Las principales contraindicaciones relativas que la estimulación magnética transcraneal tiene son:
En cuanto a las absolutas se encuentran:
Es segura en pacientes portadores de componentes sintetizados a partir de titanio.
La Estimulación Magnética Transcraneal es un procedimiento no invasivo. Lo único que el paciente debe hacer justo antes del procedimiento es quitarse los anteojos con marcos de metal o cualquier artículo de joyería metálica, como precaución si se desconoce de los materiales de esta.
Antes de comenzar el tratamiento, el especialista dará estimulaciones de un solo pulso en el cuero cabelludo. Esto ayuda a encontrar la ubicación y el entorno adecuados para los tratamientos. Una vez que el imán esté en posición, comenzará el tratamiento. Al principio, se sentirá una sensación similar a un golpeteo del imán a medida que el proveedor aumenta lentamente la fuerza de los pulsos magnéticos.
A medida que aumenta la fuerza del pulso, se notará una contracción o un movimiento en las manos, especialmente en los pulgares. Esto es normal ayuda a saber cuándo la fuerza del pulso es lo suficientemente alta.
Después de encontrar y establecer la fuerza de pulso correcta, el imán administrará pulsos con un patrón o tiempo específico. Se escucharán chasquidos durante los tratamientos a medida que el imán se enciende y se apaga.
La estimulación magnética transcraneal es una técnica segura. Algunos pacientes pueden experimentar efectos adversos tras su aplicación, que se consideran leves y pasajeros, tal y como dolores a nivel cefálico y/o cervical, y que, en la infrecuente situación de persistencia, se mitigan mediante la toma de analgésicos convencionales.
Por otro lado, el riesgo de presentar crisis epilépticas durante la estimulación magnética transcraneal es muy bajo y no se ha demostrado que la estimulación magnética transcraneal incremente el riesgo de desarrollar crisis epilépticas en pacientes epilépticos controlados, una vez finalizada la sesión de estimulación.
La EMT tiene varias ventajas que lo convierten en un tratamiento útil.
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