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Funciones básicas como oler, ver, parpadear, masticar, sonreír, escuchar, tragar o degustar dependen de nervios que salen del cerebro y son llamados los 12 pares craneales, por lo que si se presenta un daño o lesión en alguno de ellos, podemos padecer de alteraciones en los movimientos faciales o los sentidos.
La lesión de algún nervio craneal se puede detectar mediante una adecuada exploración neurológica. Un proceso metódico que evalúa cada una de las funciones de los pares craneales.
En Neurocenter contamos con una robusta red de profesionales y especialistas en las diversas ramas de la neurología, además de ofrecer estudios de diagnóstico que permite a nuestro equipo médico brindar los tratamientos adecuados para la recuperación de nuestros pacientes, todo en el mismo lugar.
El médico neurólogo comienza por evaluar la percepción de olores, seguido de la evaluación de la agudeza visual (leer la carta con las letras de diferentes tamaños) y de la percepción de colores (con las cartas de Ishihara) y detectar daltonismo.
Posteriormente evalúa el movimiento de todos los músculos extraoculares, la sensibilidad de la cara, el movimiento de todos los músculos de la cara, de la lengua, deglución, y del cuello. Finalmente se evalúa la audición de ambos oídos.
La función de los nervios craneales son diversas y están centradas en la cabeza y los 5 sentidos. A continuación te explicaremos cuáles son los 12 pares craneales, qué funciones tienen, qué enfermedades pueden alterarlos y cómo se tratan.
Hay un grupo de neuronas que salen desde el bulbo olfatorio y llegan al cerebro, encargándose de detectar e identificar olores. Se trata de uno de los nervios más primitivos que tenemos. De las principales causas que pueden dañar a este nervio es el trauma craneoencefálico.
La vía visual viene desde las neuronas en la retina del ojo, el área encargada de detectar las imágenes, posteriormente intercambian fibras nerviosas en el quiasma óptico y luego viajan a través de todo el cerebro hasta llegar a la corteza cerebral occipital en el área visual en donde se interpretan las imágenes. El nervio óptico se forma al salir del ojo y termina al entrar al cerebro. Una lesión a este nivel puede ocasionar ceguera de ese ojo, dentro de las causas principales se encuentran lesión por un tumor o traumatismo craneoencefálico.
Este nervio sale desde la base del cerebro y llega hasta los músculos extraoculares, es decir, los músculos alrededor del ojo que se encargan de los movimientos del globo ocular, permitiéndonos mover los ojos voluntariamente hacia arriba, abajo o a los lados, otras fibras del mismo nervio llegan también al músculo elevador del párpado permitiéndonos abrir los ojos. Pueden dañarse desde la infancia causando estrabismo, o en la adultez por algún tumor o traumatismo. Una enfermedad autoinmune que causa debilidad en estos músculos es la miastenia gravis, presentándose principalmente en adultos, ocasionando que a lo largo del día estos músculos se vayan debilitando provocando visión doble y caída del párpado. Para ésta enfermedad se requieren medicamentos para estimular al nervio y disminuir la actividad autoinmune.
Es uno de los nervios craneales más largos, cuya única función es el movimiento de un músculo extraocular: el músculo oblicuo superior. Puede alterarse por un tumor, traumatismo o hipertensión intracraneal, ocasionando visión doble.
Es un nervio con múltiples funciones, siendo la principal la sensibilidad de toda la cara. Otras de sus funciones incluyen el movimiento de los músculos de la masticación y la sensibilidad de los primeros 2/3 de la lengua. Puede verse afectado por una infección del virus zóster, causando ampollas dolorosas en alguna de las ramas del nervio trigémino, ya sea la oftálmica, maxilar o mandibular. Para ello se requiere tratamiento con antiviral y manejo sintomático.
Al igual que el nervio troclear, tiene como única función el movimiento de un músculo extraocular: el músculo recto lateral. Al ser el nervio craneal más largo, puede afectarse por alguna lesión en cualquier parte del trayecto del nervio como un tumor, traumatismo o por hipertensión intracraneal, ocasionando visión doble.
Tiene como principal función el movimiento de los músculos de la cara, permitiéndonos hablar y hacer expresiones faciales. Una causa común de afectación de este nervio es la parálisis facial, ocasionando debilidad de un lado de la cara, usualmente por una infección viral. Para ello se requiere terapia de rehabilitación física para recuperar la función del nervio, y así, la movilidad de los músculos de la cara. Otras funciones de este nervio craneal es el sentido del gusto de los primeros 2/3 de la lengua.
Es un nervio compuesto: la parte coclear se encarga del sentido del oído, llevando fibras neuronales desde la cóclea (órgano que percibe los sonidos) hasta la corteza cerebral auditiva para su interpretación. Mientras que la parte vestibular se encarga de la orientación y equilibrio, permitiéndonos saber la posición de la cabeza y mantener el equilibrio. Puede verse alterado por una infección del nervio, usualmente de origen viral, o por un tumor, principalmente en el ángulo pontocerebeloso, lugar de donde sale el nervio. La alteración de este nervio ocasiona disminución de la audición (hipoacusia) y vértigo. En el caso de infecciones requieren manejo de soporte, y en caso de tumor se requiere de intervención por parte de neurocirugía.
Es un nervio con múltiples funciones diferentes: inerva los músculos de la deglución, la sensibilidad y gusto del tercio posterior de la lengua, y sensibilidad de la cavidad oral y orofaringe. Puede alterarse por enfermedades como la miastenia gravis o esclerosis lateral amiotrófica, ocasionando debilidad de los músculos de la deglución, impidiendo poder deglutir agua o comida.
Tiene una importante función parasimpática en prácticamente todos los órganos, desde a nivel del tracto gastrointestinal, cardiovascular, en los pulmones, riñones, páncreas, etc. Su alteración puede causar ronquera, cambios de la voz, dificultad para deglutir, desmayos.
Es un nervio que llega a 2 músculos: esternocleidomastoideo y trapecio, permitiendo la movilidad del cuello y cabeza. Al verse lesionado impide girar la cabeza a los lados y levantar los hombros.
Si crees que pudieras tener alguna alteración de alguno de los nervios craneales, es momento de acudir con un médico neurólogo, el especialista capaz de identificar lesiones que afecten la función de algún par craneal.
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