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Neuropediatría

Espasmo del sollozo: Un "berrinche" aterrador

Los espasmos del sollozo son episodios repetitivos que se presentan generalmente después de un estímulo fuerte (sorpresa, enojo o sustos). Son muy comunes en la infancia, estimándose que se presentan casi en un 8% de los niños entre 1 año y edad escolar. De hecho, es el fenómeno no epiléptico más común en la infancia. Continúa leyendo para saber más sobre estos espasmos, porqué ocurren y cuáles son los datos de alarma.

¿Cómo y cuándo se presentan?

Este tipo de episodios inician alrededor del primer año de vida, se hacen muy comunes a los dos años, y por lo general se dejan de presentar en la edad escolar (entre los 6 y 8 años).

Se presentan en niños después de hacer rabietas, gritar, tener algún susto o sorpresa, o un golpe, los cuales son seguidos de episodios de llanto. Suelen ser una situación alarmante y preocupante para los padres, pues cuando se manifiestan pueden presentar alguno de los siguientes datos.

    • Pérdida de conciencia (desmayos).
    • Dejar de respirar por momentos (apnea).
    • Desarrollar color azul en labios o cara (cianosis).
    • Tener movimientos anormales, como sacudidas (parecidos a convulsiones).
    • Tener debilidad (flacidez en brazos y piernas).

Existen dos variantes. El tipo más común es el  tipo cianótico que comienza con respiraciones rápidas y forzadas, después suele ponerse azul, perder la conciencia y tener sacudidas o flacidez, estos episodios generalmente duran de 1 a 4 minutos.

La otra variante es la crisis anóxica refleja o pálida, donde deja de respirar bruscamente, se adquiere palidez después del llanto, con debilidad y a veces pérdida de conciencia.

¿Por qué suceden?

Cuándo se presentan estos episodios de llanto o rabietas, algunos niños suelen tener una inspiración profunda y después de esto un espasmo que genera apnea, es decir, se detiene la respiración por un momento, ocasionando un episodio de hipoxia cerebral aguda momentánea. En otras palabras, después del esfuerzo por el llanto, llega poco oxígeno al cerebro de manera rápida y breve, lo que ocasiona todas las manifestaciones mencionadas.

¿Qué hacer ante una crisis del sollozo?

Primero que nada hay que mantener la calma. Si bien son situaciones estresantes, hay que recordar que son cuadros benignos y autolimitados, es decir, no se asocian a alguna enfermedad y generalmente se resuelven en minutos.

Basta con retirar objetos que el niño tenga en la boca o manos, recostarle de lado protegiendo su cabeza, manteniendo una habitación bien ventilada. A veces después del evento suelen estar cansados, una siesta es suficiente para que se repongan por completo.

Hay que evitar en todo momento agitar (zarandear), golpear al niño o gritarle. De igual manera hay que evitar practicar algún tipo de reanimación (RCP).

Banderas rojas

A pesar de ser una situación común y autolimitada, donde no es necesario hacer algo extra más que observar, existen situaciones que nos pueden alertar que algo malo está pasando.

Estos signos son comúnmente llamados datos de alarma o banderas rojas:

    • Si se presenta antes del año de edad (especialmente antes de los 6 meses).
    • Si tarda más de 5 minutos en recuperarse.
    • Si después de la crisis, no está completamente normal (somnoliento, problemas para hablar, debilidad, cambios de comportamiento, por mencionar algunos).
    • Si la crisis sucede de manera espontánea, es decir, sin asociarse a algún susto, rabieta, llanto, etc.

En estas ocasiones es conveniente acudir al área de urgencias y pedir la valoración por un especialista en neurología pediátrica.

Tratamiento

Al ser una situación benigna, no existe un tratamiento como tal, no se deben usar medicamentos como antiepilépticos o antidepresivos. Con el paso del tiempo los episodios irán disminuyendo hasta desaparecer.

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