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Abordaje terapéutico de las secuelas de aterosclerosis

La aterosclerosis es una enfermedad en la que la acumulación de placas de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias puede llevar a la estrechez y endurecimiento de las arterias. Cuando esta enfermedad afecta a las arterias que suministran sangre al cerebro, puede dar lugar a una serie de secuelas neurológicas.

El tratamiento de la aterosclerosis en sí mismo es fundamental para prevenir estas y otras secuelas neurológicas. Esto puede implicar cambios en el estilo de vida, como dieta y ejercicio, medicamentos para controlar el colesterol y la presión arterial, y en algunos casos, procedimientos médicos para abrir las arterias bloqueadas.

Cada caso es único, por lo que el tratamiento de las secuelas neurológicas de la aterosclerosis debe ser individualizado y basado en las necesidades específicas del paciente.

¿Cómo se manifiesta la ateroesclerosis cuando afecta al cerebro?

Accidente cerebrovascular:

Este es uno de los eventos más graves que pueden ocurrir debido a la aterosclerosis. Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se bloquea el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, causando daño cerebral. Las secuelas de un accidente cerebrovascular pueden incluir:

  • Debilidad o parálisis en una parte del cuerpo
  • Dificultades del habla
  • Problemas de memoria
  • Dificultades en la coordinación y el equilibrio.

La rehabilitación después de un accidente cerebrovascular puede implicar fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla y terapia cognitiva para ayudar a recuperar las habilidades perdidas.

Enfermedad vascular cognitiva:

Esta es una condición en la que el flujo sanguíneo reducido al cerebro conduce a problemas cognitivos, como dificultades de memoria y pensamiento. La rehabilitación cognitiva puede ser útil en estos casos, y algunos medicamentos también pueden ayudar a controlar los síntomas.

Enfermedad de las arterias carótidas:

La aterosclerosis puede afectar a las arterias carótidas, que son las principales arterias que suministran sangre al cerebro. Si estas arterias se estrechan significativamente, puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para abrir las arterias carótidas y prevenir un accidente cerebrovascular.

Neurorehabilitación en el tratamiento de la ateroesclerosis

la neurorehabilitación puede ser una parte importante en el tratamiento de las secuelas neurológicas de la aterosclerosis, especialmente si la aterosclerosis ha llevado a un evento como un accidente cerebrovascular.

La neurorehabilitación es un proceso de recuperación que tiene como objetivo ayudar a las personas con enfermedades, lesiones o trastornos del sistema nervioso a recuperar la función, reducir los síntomas y mejorar el bienestar general. Puede involucrar a un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, terapeutas del habla, psicólogos y trabajadores sociales.

En el caso de las secuelas de un accidente cerebrovascular debido a la aterosclerosis, la neurorehabilitación puede implicar:

Fisioterapia:

Para ayudar a mejorar la fuerza, el equilibrio y la coordinación, y para enseñar nuevas formas de moverse si hay debilidad o parálisis.

Terapia ocupacional:

Para ayudar a mejorar las habilidades de la vida diaria, como vestirse, cocinar y bañarse, y para adaptar el entorno del hogar para maximizar la independencia.

Terapia del habla y el lenguaje:

Para ayudar a mejorar las habilidades de comunicación si hay dificultades con el habla o la comprensión, y para tratar problemas de deglución.

Rehabilitación cognitiva:

Para ayudar a mejorar las habilidades cognitivas si hay problemas de memoria, atención o resolución de problemas.

La neurorehabilitación puede ser un proceso largo y desafiante, y cada persona es diferente en términos de qué secuelas pueden experimentar y cuánta recuperación pueden esperar. Sin embargo, la neurorehabilitación puede jugar un papel crucial en ayudar a las personas a alcanzar su máximo potencial de recuperación después de las secuelas neurológicas de la aterosclerosis.

Ateroesclerosis en la población

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la primera causa de muerte en nuestro país. En el año 2000, último año del que se dispone de datos de ámbito nacional, las enfermedades cardiovasculares causaron 124.000 muertes (el 34,8% del total; el 29,4% en varones y el 36,1% en mujeres). Siendo la cardiopatía isquémica la causa más frecuente en la muerte en los varones de enfermedad cerebrovascular. 

La prevalencia de la aterosclerosis está aumentando rápidamente en los países de bajos y medianos ingresos, y a medida que las personas viven más tiempo, su incidencia aumentará. La aterosclerosis es la causa principal de muerte en todo el mundo.

¿Qué factores de riesgo se presentan?

Los factores de riesgo favorecen el desarrollo de la enfermedad aterotrombótica en los diferentes lechos vasculares, el poder predictivo de los FR es diferente para los distintos territorios.

El consumo de 10 cigarrillos diarios supone un incremento del riesgo de padecer una enfermedad coronaria del 20% en los hombres y del 23% en las mujeres.

Se pueden dividir en 3 grupos:

Causales:

  • Tabaco
  • Hipertensión arterial
  • Aumento de colesterol
  • Diabetes
  • Edad avanzada

Condicionales:

  • Hipertrigliceridemia
  • Particular de LDL
  • Homocisteína elevada
  • Lipoproteína sérica elevada
  • Marcadores inflamatorios elevados.

Predisponentes:

  • Obesidad
  • Inactividad física
  • Insulinoresistencia
  • Obesidad abdominal
  • Historia familiar
  • Factores psicosociales.

Ciertas variantes genéticas comunes y raras han sido asociadas con aterosclerosis y eventos cardiovasculares. Aunque cada variante tiene un pequeño efecto individual, se ha demostrado que las puntuaciones de riesgo genético que suman el número total de variantes de riesgo se asocian estrechamente con aterosclerosis más avanzada y con eventos cardiovasculares primarios y recurrentes.

Síntomas de la ateroesclerosis

La aterosclerosis es una enfermedad en la que se acumulan depósitos de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias. Este proceso de acumulación, conocido como placa, puede estrechar las arterias y hacerlas más rígidas, lo que interfiere con el flujo sanguíneo.

En las primeras etapas, la aterosclerosis a menudo no presenta síntomas. Sin embargo, a medida que las arterias se estrechan y se endurecen, pueden empezar a presentarse síntomas, dependiendo de qué arterias estén afectadas:

  • Arterias coronarias: Estas arterias suministran sangre al corazón. Cuando se estrechan debido a la aterosclerosis, puede dar lugar a la enfermedad de las arterias coronarias. Los síntomas pueden incluir dolor en el pecho (angina de pecho), falta de aliento, y otros síntomas de un ataque al corazón si una arteria se bloquea completamente.
  • Arterias carótidas: Estas arterias suministran sangre al cerebro. La aterosclerosis en estas arterias puede causar síntomas de un accidente cerebrovascular, como debilidad o adormecimiento repentino en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo, confusión o dificultad para hablar o entender, y problemas de visión en uno o ambos ojos.
  • Arterias periféricas: Estas arterias llevan sangre a las piernas y los brazos. La aterosclerosis en estas arterias puede causar la enfermedad arterial periférica, cuyos síntomas pueden incluir dolor o calambres en las piernas al caminar (claudicación).
  • Arterias renales: Estas arterias suministran sangre a los riñones. Si se ven afectadas por la aterosclerosis, puede dar lugar a la enfermedad renal, que puede causar síntomas como fatiga, pérdida de apetito, problemas para concentrarse, e hinchazón en las manos o los pies.

Es importante recordar que muchas personas con aterosclerosis no presentan síntomas hasta que una arteria está significativamente estrechada o bloqueada. Por eso es tan importante el control regular de los factores de riesgo, como la presión arterial alta, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad.

Manifestaciones clínicas en la ateroesclerosis

Sus manifestaciones dependen del lecho vascular. Se manifiesta en la aparición de síndrome coronario agudo de miocardio (IAM) o muerte súbita. En el cerebro cursa clínicamente como un accidente cerebrovascular agudo (ACVA) o como accidente isquémico transitorio (AIT), y episodios que son repetidos que desembocan una demencia multiinfarto. 

La presentación clínica en las arterias periféricas que se alteran se presenta como la claudicación o isquemia en miembros inferiores. Su presentación clínica, se manifiesta por la estenosis y dolor en algún miembro presente.

Diagnóstico de la enfermedad arterioesclerótica

El diagnóstico de la enfermedad aterosclerótica cuando presenta manifestaciones clínicas es relativamente sencillo. Mucho más problemático es el diagnóstico de la enfermedad aterosclerótica cuando está en fase subclínica. 

En estos pacientes, el diagnóstico precoz tiene gran interés porque muchas veces el primer episodio agudo es mortal o deja importantes secuelas.

Pruebas de imagen:

La ecografía, las pruebas de disfunción endotelial, la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética, las pruebas de medicina nuclear, la TC de haz de electrones son pruebas que pueden ofrecer importante información sobre la carga aterosclerótica de un paciente.

Biomarcadores séricos:

Numerosos marcadores séricos se han propuesto en los últimos años como predictores de aterosclerosis y de su complicación trombótica. Incluyen marcadores de inflamación como la proteína C reactiva (PCR) o las interleucinas y marcadores de trombosis como el fibrinógeno o el inhibidor del activador del plasminógeno I (PAI-I).

Tratamiento para la aterosclerosis

El tratamiento puede variar de una persona a otra debido a la edad o el estado de salud, y dependiendo de dónde se encuentre localizada la ateroesclerosis. Pero, por lo general, el procedimiento para tratar la ateroesclerosis es:

  • Modificar y disminuir los hábitos propios del paciente: Reducir el colesterol, el tabaquismo o la falta de ejercicio.
  • Administrar distintos tipos de medicamentos, como anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos, o medicamentos antiagregantes plaquetarios para reducir la capacidad de adhesión de las plaquetas, ya que éstas producen coágulos.

Tratamientos quirúrgicos como la angioplastia, que abre las arterias obstruidas, o un bypass de la arteria coronaria que se utiliza en los pacientes que tienen angina de pecho debido a la obstrucción en las arterias coronarias

¿Se curan las lesiones ateroscleróticas en las arterias?

Una vez que las lesiones están establecidas, desafortunadamente no existen medicaciones específicas que hagan desaparecer la aterosclerosis. El mejor tratamiento es la prevención, actuando tempranamente sobre los factores de riesgo cardiovascular con el fin de evitar o retrasar el desarrollo de lesiones, y reducir en lo posible el número de lesiones vulnerables. 

¿Cómo lo podemos prevenir?

Desde que la aterosclerosis comienza en la infancia, la prevención primaria debe comenzar lo más pronto posible. Para prevenir la ateroesclerosis, se deben evitar factores de riesgo tales como el consumo de grasas saturadas y colesterol, la hipertensión, fumar o la falta de ejercicio.

Por ello, los especialistas recomiendan llevar una dieta equilibrada y saludable y realizar actividades físicas con carácter rutinario para evitar la aparición de este tipo de afecciones.

Para mantener un peso saludable se requiere bajar tan solo el 3% al 5% de su peso actual puede ayudar a controlar algunos factores de riesgo de miocardiopatía coronaria, como el colesterol alto y la diabetes. Una mayor pérdida de peso también puede mejorar las lecturas de la presión arterial. El control del estrés es importante aprender a relajarse y enfrentar problemas para mejorar la salud física y mental.  

Las enfermedades coronarias repercuten directamente sobre la sociedad, razón suficiente para que varios organismos nacionales e internacionales hayan diseñado recomendaciones claras para la prevención y el tratamiento de enfermedades relacionadas con la ateroesclerosis. Impulsar la prevención es la principal arma, sobre todo desde edades tempranas. En las últimas décadas han surgido nuevos métodos terapéuticos para prevenir y tratar la enfermedad aterosclerótica.

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