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Sistema Nervioso: Cuándo consultar a un neurólogo

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Sistema Nervioso: Cuándo consultar a un neurólogo

Sí, un neurólogo es un médico especialista en el sistema nervioso, (central y periférico), pero ¿qué significa todo esto?, bueno, pues no son solo dolores de cabeza o problemas de memoria.

Aquí te diremos cuales son las principales razones por las que las personas acuden a una consulta neurológica, y las principales enfermedades que estos médicos atienden.

Esto en base a nuestra amplia experiencia brindando atención médica a personas que requieren servicios especializados, integrales y multidisciplinarios de neurología.

En Neurocenter tenemos la certeza de que sólo desafiando las metodologías tradicionales de atención neurológica que se brindan en los sistemas de salud convencionales, podemos lograr que nuestros pacientes recuperen las sonrisas, los paseos, las charlas, los abrazos, su independencia o su movilidad.

Pero, ¿qué es la neurología?

La neurología es una rama de la medicina que se enfoca en las enfermedades del sistema nervioso. Esto va desde el cerebro hasta la médula espinal y los nervios periféricos. Por lo tanto, ¿qué tipo de enfermedades neurológicas ve un neurólogo? Te enlistamos las principales:

  • Cefalea y migraña
  • Parálisis facial
  • Infarto cerebral
  • Enfermedad de Parkinson
  • Enfermedad de Alzheimer
  • Epilepsia
  • Esclerosis múltiple
  • Neuropatía diabética
  • Dolor crónico

Todas estas enfermedades, por mencionar algunas, se pueden presentar con diferentes síntomas, por lo que si presentas algunos de los siguientes que te mostramos, pueden ser motivo de consulta neurológica.

  • Dolor de cabeza: Ya sea de tipo generalizado o solo en una región de la cabeza. Es importante reconocer aquellos datos de alarma que podrían requerir de un tratamiento un tanto urgente: inició súbito e intenso, cambio en el patrón el dolor, que se acompañe de otros síntomas neurológicos.
  • Temblor: Desde temblor en el dedo de una mano hasta un temblor generalizado.
  • Asimetría de la cara: Puede verse comúnmente con desviación de la comisura del labio.
  • Debilidad de alguna parte del cuerpo: Ya sea debilidad de un brazo o de una pierna o la mitad del cuerpo.
  • Movimientos anormales: o trastornos del movimiento
  • Mucho dolor: Dolor crónico o difícil de tratar.
  • Problemas de la memoria: Como olvidar lo que pasó en un periodo de tiempo, tener problema para recordar a lo que acaba de suceder o algo que ya pasó hace mucho tiempo.
  • Alteraciones visuales: Como visión borrosa o no poder apreciar bien todo el campo visual en su totalidad.
  • Sensación de hormigueo o adormecimiento en alguna parte del cuerpo

¿Qué esperar de la consulta con un neurólogo?

Además de realizar un amplio interrogatorio para conocer más del padecimiento del paciente, la consulta neurológica se caracteriza por la exploración física neurológica, una exploración detallada de las principales funciones del sistema nervioso. Aunque el interrogatorio y la exploración física nos aportan muchos datos clave, en algunos casos será necesario complementar la información con algún estudio según sea el caso, ya sea un estudio de imagen como una resonancia magnética, o estudios para valorar la función de los nervios como unas velocidades de conducción nerviosa.

Si tienes algún síntoma neurológico no dudes en acudir con un especialista experto en el tema que pueda orientarte para dar un diagnóstico certero.

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Encefalitis de Rasmussen: La vida con medio cerebro

Clínica de Epilepsia

Encefalitis de Rasmussen: La vida con medio cerebro

Existe un raro tipo de epilepsia llamado Síndrome de Rasmussen que suele ser resistente a los fármacos y requiere de una cirugía muy compleja para extirpar un hemisferio cerebral, lo que finalmente logra controlar las crisis. 

Una enfermedad autoinmune

Se desconoce la causa exacta de esta enfermedad neurológica, se sospechaba de un agente viral, pero a la fecha no se ha demostrado con certeza. Se cree que puede ser un trastorno autoinmunitario el que esté generando las crisis convulsivas, en donde células inmunitarias llamadas Linfocitos TCD8 atacan a células del sistema nervioso, tanto a las neuronas como a los astrocitos. Sin embargo, aún no se han detectado de manera consistente los anticuerpos que provocan este trastorno autoinmunitario.

Se ha visto que el síndrome de Rasmussen se presenta principalmente en niños y adolescentes, manifestándose en 3 fases:

  • Comienza con crisis convulsivas focales o multifocales.
  • Posteriormente las crisis se van incrementando, frecuentemente adquiriendo la presentación de una epilepsia parcial continua, acompañándose de un déficit sensitivo y motor progresivo, incluso con importante alteración del lenguaje si afecta el lado dominante del cerebro.
  • Finalmente la frecuencia de las crisis disminuye y hay una estabilización de los defectos neurológicos, pero existe también una disminución del volumen cerebral (atrofia cerebral).

Solo aproximadamente el 10% de los casos se presentan en jóvenes o adultos, en ellos la evolución de la enfermedad es más lenta, además de que el tipo de crisis convulsivas que presentan son diferentes, presentándose como crisis de tipo focal complejo o sin crisis, con solo trastornos del movimiento.

Diagnóstico

Al momento de realizar una resonancia magnética a estos pacientes podemos observar un aumento de la señal en el lado del cerebro afectado, así como una disminución del volumen de la corteza cerebral.

En quienes se realizan una punción lumbar para evaluar el líquido cefalorraquídeo (líquido que rodea el cerebro) pueden encontrarse bandas oligoclonales.

Hemisferectomía: El retiro de un hemisferio cerebral

El tratamiento inicialmente se basa en medicamentos antiepilépticos, sin embargo, lamentablemente este tipo de epilepsia suele ser resistente a estos fármacos, por lo que se recomienda iniciar de manera temprana con un tratamiento inmunosupresor antes de que se establezcan los daños irreversibles. Con este tratamiento se busca deprimir el sistema inmunitario para que ya no ataquen a las células del cerebro, y por lo tanto, disminuyan las crisis convulsivas.

Aunque el tratamiento inmunosupresor sea agresivo desde el inicio y reduzca la progresión del síndrome, no siempre ayuda a controlar las crisis. Por lo que el siguiente paso es una cirugía, más específicamente una hemisferectomía, es decir, extirpar la mitad del cerebro, aquella mitad que ocasiona las crisis convulsivas. Es importante no retrasar esta cirugía hasta la adolescencia, cuando las secuelas de la cirugía son más difíciles de superar, como la alteración del lenguaje.

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Trastornos disociativos: Una consecuencia del abuso infantil

Padecimientos

Trastorno disociativo: Una consecuencia del abuso infantil

El abuso y negligencia infantil continúa siendo un problema presente en nuestra sociedad y se sugiere que su incidencia está aumentando, dañando no sólo la salud física de los menores, sino también su salud mental. Y es que una de las concecuencias del abuso infantil es el desarrollo del trastorno de identidad disociativo, previamente llamado desorden de personalidad multiple

Se trata de una alteración repentina y temporal de la conciencia, identidad o conducta. La disociación es protectora y permite que la persona pueda lidiar con el estrés abrumador de una situación por lo que el “alter” u otra personalidad toma control. 

Está bien descrito que el abuso durante la infancia tiene efectos profundos en la psique de un niño que es forzado a lidiar con emociones abrumadoras y al mismo tiempo negar esa realidad.  El niño abusado aprende a disociarse, es decir, dejar sus conciencia temporalmente colocando así la memoria de ese trauma en el subconsciente que después se revela como una personalidad alterna. Cada personalidad contiene diferentes memorias y sentimientos y hace diferentes funciones. 

Los detonadores más comunes incluyen los recuerdos de un trauma y sus asociaciones como colores, tocamientos, sonidos o imágenes.

Criterios diagnósticos

Su diagnóstico se establece según los criterios descritos en el DSM-V:

  • Perturbación de la identidad caracterizado por dos o más estados de la personalidad bien definidos que implica una discontinuidad importante del sentido del yo y del sentido de la identidad, acompañado de alteraciones del afecto, comportamiento y conciencia. 
  • Lapsos recurrentes en la memoria de acontecimientos cotidianos, información personal importante y/o sucesos traumáticos incompatibles con el olvido ordinario. 
  • Los síntomas causan malestar clínico o deterioro en el ámbito social y laboral
  • La alteración no es una parte normal de una práctica cultural o religiosa. 
  • Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de alguna sustancia u otra afección médica.

El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controversial que desencadena reacciones de indicación por su relación con el abuso durante la infancia. A pesar de la controversia, este trastorno se diagnostica cada vez más por diversas razones:

  • Hay más información circulando acerca del abuso infantil.
  • La gente ahora expresa sus necesidades de salud.
  • Hay más información accesible acerca de los síntomas, situaciones de abuso y trauma infantil. 

Se asocia también a un cambio social donde se esta dispuesto a reconocer que el abuso infantil tiene graves secuelas a largo plazo y un cambio en la terapia que ahora valora la experiencia subjetiva de los pacientes.

Se sabe que muchos de los niños que sufren abuso, se pueden recuperar si se les coloca en un ambiente de protección y nutritivo. Sin embargo, el trastorno de identidad disociativo requiere de mucho apoyo, así como psicoterapia, y en algunos casos fármacos para que el niño aprenda a superar y vivir con lo ocurrido, de esta manera se irá resolviendo la perturbación de la identidad.

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Una ira explosiva

Padecimientos

Una ira explosiva

Un enojo repentino, agresivo y explosivo no es normal, y puede tratarse de un trastorno psiquiátrico que requiere atención médica. El trastorno explosivo intermitente (TEI), como se conoce a este padecimiento, se caracteriza por episodios recurrentes de agresividad producidos por la imposibilidad de controlar los impulsos

A diferencia del trastorno por déficit de atención (TDAH) y el trastorno oposicionista desafiante, en el TEI la conducta agresiva es desproporcionada al estímulo, no planeada y sin un objetivo específico.

La conducta agresiva se define como el acto físico o verbal dirigida hacia una persona o un objeto y que tiene el potencial de producir daño. Hay dos tipos: impulsiva (respuesta rápida y no planeada) o premeditada (se realiza tras un proceso reflexivo). La forma impulsiva es la que se presenta en el TEI, esto sucede en forma de ataques o estallidos recurrentes, que duran menos de 30 mins en lo que inician y tienen resolución. Ocurren en respuesta a un estímulo precipitante menor o sin un desencadenante evidente. Posteriormente produce malestar y remordimiento, vergüenza y culpa por parte del perpetrador. 

Entre las consecuencias de estos episodios se encuentran la frecuente atención médica por accidentes, daños a propiedad ajena y disfuncionalidad por malas relaciones interpersonales, llegando a producir un importante impacto social, económico y legal.

¿Qué causa el Trastorno Explosivo Intermitente?

No existe una causa específica del TEI, sin embargo, se ha demostrado que algunos factores psicosociales interactúan con alteraciones biológicas que llevan a la conducta agresiva. Se ha visto también que hay alteraciones en los circuitos encargados de la inhibición de impulsos y control de las emociones. 

El TEI suele hacerse evidente en la juventud, entre la infancia tardía y la adolescencia, teniendo que tener por lo menos 6 años para poder diagnosticarse.

Criterios diagnósticos

  • Arrebatos del comportamiento recurrentes que reflejan la falta de control de impulsos, así como agresividad manifestada como:
    1. Agresión verbal o física contra la propiedad, personas o animales en promedio 2 veces por semana durante un periodo de 3 meses.
    2. 3 arrebatos en el comportamiento que causan daño o destrucción a la propiedad, o agresión física que cause daño a una persona o animal, sucedidos en los últimos 12 meses.
  • La magnitud de la agresividad es desproporcionada respecto al factor desencadenante.
  • Los arrebatos no son premeditados, no tienen un objetivo e inducen un malestar en el individuo, alterando su rendimiento escolar/laboral y sus relaciones interpersonales.
Qué se puede hacer al respecto

Las intervenciones para el tratamiento que demuestran mayor evidencia son el uso de fármacos y la implementación de psicoterapia. Algunos medicamentos que se utilizaron con los antidepresivos que actúan como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina como la sertralina y fluoxetina, antiepilépticos o el litio para la modulación de la conducta. 

Es importante mencionar que se ha visto una relación entre el TEI y enfermedades sistémicas como enfermedad coronaria, hipertensión, accidente cerebrovascular, Diabetes Mellitus y dolores crónicos, además de alteraciones en el ambiente psicosocial. De igual manera se presenta una tasa de suicidios mayor que en la población general. Es por eso que es importante la detección temprana y el manejo adecuado por parte de profesionales de la salud.

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Cuando el COVID-19 llega a los nervios

Covid-19

Cuando el COVID-19 llega a los nervios

Cada día se conoce más sobre cómo afecta el Covid-19 a nuestro organismo, pero particularmente sobre cómo llega a nuestros nervios, se ha propuesto que el virus puede ingresar al sistema nervioso desde las terminales del nervio olfatorio y la nariz lo que pudiera explicar la afectación olfatoria.

Este virus entra al sistema nervioso periférico a través de una enzima que podría estar relacionada con una hiperinflamación sistémica provocada por una tormenta de citocinas, lo que ocurre después de la fase aguda de la infección.

La invasión directa en los nervios, la ruta hematógena (a través de la sangre), el transporte retrógrado (hacia atrás) y anterógrado (hacia adelante) a lo largo de los nervios periféricos se consideran los principales mecanismos de neuro invasión del Covid-19.

¿Cómo funciona el sistema nervioso?

El sistema nervioso puede dividirse en sistema nervioso central (SNC), sistema nervioso periférico (SNP) y sistema nervioso autónomo (SNA). El SNC está formado principalmente por el cerebro y la médula espinal, mientras que el sistema nervioso periférico incluye los pares craneal y nervios raquídeos. En cuanto al SNA es el encargado de las funciones automáticas del organismo como el centro de la respiración, el tránsito intestinal y el latido cardiaco.

El daño del SNP provocado por el covid 19

Los signos y síntomas más frecuentes que se producen en el sistema nervioso periférico incluyen hiposmia/anosmia (disminución o ausencia del olfato), hipogeusia/ageusia (disminución o ausencia de los sabores), dolor muscular y síndrome de Guillain-Barré.

La anosmia y la ageusia son las manifestaciones periféricas más frecuentes descritas en los enfermos por coronavirus, estos síntomas ocurren repentinamente y generalmente con menos síntomas nasales como obstrucción nasal o secreción nasal, y pueden ser los únicos síntomas manifestados tras la enfermedad. La mayoría de los enfermos suelen recuperar progresivamente el sentido del olfato, pero hay quienes solo recuperan el 50% de su funcionalidad. Algunos especialistas creen que la anosmia se debe de alguna manera a la inflamación de los nervios olfatorios más que a un daño a la estructura de los receptores de la ECA en los nervios.

Síndrome de Guillain-Barré

Se sabe que este virus puede provocar un mecanismo de mimetismo molecular el cual hace que el virus exprese proteínas y moléculas parecidas a la de los nervios, y así nuestro propio sistema de defensa ataque a nuestros propios nervios. Dicho síndrome se caracteriza por una debilidad simétrica que inicia normalmente en los miembros inferiores y va ascendiendo hasta llegar a los músculos respiratorios.

Así el virus puede infectar nuestro sistema nervioso periférico, provocar daño en el mismo y usarlo como puerta de entrada hacia el sistema nervioso central.

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Craneosinostosis: Cráneo deforme

Neuropediatría

Craneosinostosis: Cráneo deformado

Cuando un bebé tiene un cráneo con apariencia deforme, es posible que presente escafocefalia o braquicefalia,  dos formas de Craneosinostosis, que es el término utilizado cuando las suturas craneales se fusionan prematuramente antes de que el cerebro esté completamente formado

Lo normal es que las suturas se mantengan flexibles durante la infancia, lo que le permite al cerebro crecer y terminar de formarse completamente.

La craneosinostosis comúnmente implica el cierre prematuro de una sola sutura craneal, pero existen casos en que se presenta en más de una sutura.

Generalmente la causa de la existencia de la craneosinostosis se desconoce, aunque se cree que puede ser la combinación de la herencia genética y el medio ambiente. También existe la craneosinostosis sindrómica que como su nombre lo dice es causada por síndromes genéticos como el síndrome de Apert.

Señales de alarma

Estos signos por lo general son evidentes desde el nacimiento y durante los primeros años de vida comienzan a ser más visibles. La gravedad del caso va a depender de cuantas suturas se encuentran fusionadas ya que repercutirá directamente en el desarrollo del cerebro.

Los signos y síntomas son los siguientes:

  1. Cráneo deforme, que comenzará a adoptar la forma según la sutura o las suturas que se encuentren fusionadas.
  2. Desaparición de la fontanela del cráneo de tu bebé (coloquialmente conocida como mollera)
  3. Crecimiento casi nulo o muy lento del tamaño de la cabeza de tu hijo
  4. Formación de un borde duro a todo lo largo de la sutura afectada.
Tipos de Craneosinostosis

A cada tipo de craneosinostosis se le da el nombre de acuerdo a la sutura que se encuentre afectada. Por ejemplo, hoy hablaremos de 2 tipos:

La escafocefalia es el cierre prematuro de la sutura sagital que va desde adelante y se extiende hasta la parte posterior de la cabeza por lo que su fusión prematura genera que la cabeza crezca larga, alta y estrecha. La escafocefalia es el tipo más común de craneosinostosis.

La braquicefalia es el nombre que se le da al cierre prematuro de la sutura llamada coronal que va desde la oreja a la parte superior de cráneo. Su cierre prematuro puede ocasionar que la frente del paciente se aplane del lado afectado y protruya del lado no afectado. Cuando ambas suturas coronales se fusionan prematuramente, la cabeza del bebé obtendrá una forma corta y ancha.

Complicaciones y tratamiento

Si la craneosinostosis no es tratada existe el riesgo del aumento de la presión de adentro del cráneo del bebé lo que ocasionaría retraso en el desarrollo, discapacidad cognitiva, ceguera, trastornos en los movimientos oculares e incluso convulsiones. Por lo cual es importante detectarlo y tratarlo a tiempo.

El tratamiento de elección para la craneosinostosis es la cirugía para corregir la forma de la cabeza y posibilitar el crecimiento correcto del cerebro. Es recomendada alrededor de los 3 a 6 meses de vida del paciente.

Un diagnóstico temprano y acertado permitirá reconocer las craneosinostosis y poder ofrecer el tratamiento quirúrgico a tiempo para que la calidad de vida del paciente no se vea afectada.

Cuando se finge una convulsión

Clínica de epilepsia

Cuando se finge una convulsión

¿Puede una persona fingir una convulsión? Sí, se llaman crisis psicógenas y son también conocidas como crisis convulsivas funcionales, falsas, o eventos no epilépticos, son de origen psicógeno, es decir, que la persona no es consciente de que su crisis es falsa.

El origen de estas crisis no proviene de las descargas eléctricas anormales que producen las crisis convulsivas, sino, que es la propia mente la que causa los movimientos falsos.

Las crisis psicógenas se definen como episodios o eventos no epilépticos que simulan o imitan una crisis convulsiva real sin evidencia de padecer enfermedad epiléptica. Las mujeres tienen el doble de riesgo de presentar este tipo de crisis, y en la mayoría de los casos (alrededor del 70%) la enfermedad se acompaña de antecedentes traumáticos en la infancia y trastornos psiquiátricos como lo son la depresión, la ansiedad, y el estrés postraumático. Además, la gran mayoría ha reportado algún tipo de abuso físico, psicológico o sexual. Incluso se han visto como parte de una simulación en el Síndrome de Münchausen.

Los episodios de crisis pueden presentarse como una respuesta inconsciente a una situación estresante siendo una enfermedad real y discapacitante. A pesar de su origen psicógeno, se ha visto importante asociación con padecimientos que cursan con dolor crónico o en fibromialgia.

Síntomas de una crisis falsa

Los síntomas de las crisis convulsivas psicógenas suelen ser una imitación de los síntomas reales de las crisis convulsivas generalizadas, teniendo pequeñas variaciones en su presentación que el médico neurólogo o el psiquiatra pueden detectar, dentro de las cuales se incluyen:

  • El paciente realiza un cierre forzado de los ojos durante la crisis.
  • La duración de la crisis suele ser más prolongada de lo habitual (mayor a 5 minutos).
  • Los pacientes suelen realizar movimientos rítmicos de la pelvis y de la cabeza durante las crisis.
  • Realizan vocalizaciones durante la crisis, como gritos, insultos y llanto.
  • Mantienen el estado de conciencia preservado o recuerdan lo sucedido durante la crisis y después de la misma, incluso siguiendo órdenes mientras tienen la crisis.
  •  Suelen presentar mordedura de la punta de la lengua.
¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?

El diagnóstico es algo complicado de realizar debido al parentesco de los síntomas con las crisis convulsivas reales, por lo cual es necesario que los especialistas neurólogos y psiquiatras sean quienes lo realicen y puedan iniciar un tratamiento adecuado.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento específico de las crisis consiste en controlar las alteraciones mentales o factores estresantes que están produciendo la crisis mediante la administración de fármacos como ansiolíticos y antidepresivos, así como sesiones de psicoterapia con un especialista. 

Al igual que las crisis convulsivas reales, es importante que éstas sean tratadas adecuadamente, ya que también afectan la calidad de vida de quien las presenta.

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