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¿Cuándo acudir con el neurólogo pediatra?

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¿Cuándo acudir con el neurólogo pediatra?

Existe una gran variedad de padecimientos que pertenecen a la rama de la neuropediatría. A continuación te explicaremos un poco más en qué consiste esa área de la medicina y cuáles son los principales síntomas por los cuáles lo mejor sería llevar a tu niño a consultar con un especialista en neuropediatría.

Movimientos anormales / Crisis convulsivas

Estos abarcan gran parte de la consulta de neuropediatría, desde ligeros movimientos anormales hasta francas crisis convulsivas con pérdida del conocimiento. Son un grupo de padecimientos relativamente frecuente en niños, y dependiendo su causa, pueden tener un curso benigno como las crisis febriles, o pudiera tratarse de algún tipo de síndrome epiléptico difícil de tratar. 

El tratamiento y pronóstico varía mucho según sea el problema de base, es por esto que ante la duda de que tu niño presente algún movimiento anormal repetitivo o que tenga crisis convulsivas, es importante llevarlo a consultar con un neurólogo pediatra.

Cambios en el comportamiento y dificultad para el aprendizaje

¿Consideras que tu niño se está comportando diferente? ¿Que no es solo una etapa de su crecimiento? Existen diversos padecimientos que se asocian a cambios en el comportamiento de un niño y que, lamentablemente, pueden pasar desapercibidos o menospreciado por considerarse “normales porque está creciendo” o “porque es distraído”.

Un clásico ejemplo es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, un padecimiento en el que el niño presenta dificultad para concentrarse, le es difícil controlar sus impulsos y es hiperactivo.

Por otro lado, están los trastornos del espectro autista y Asperger, niños que están aislados en su mundo y casi no interactúan con las personas que los rodean.

Aunque menos común, también existen enfermedades neuropsiquiátricas que pueden presentarse en niños como ansiedad, depresión, esquizofrenia y trastorno obsesivo compulsivo.

No es raro que niños con crisis de ausencia tarden en diagnosticarse, pensando erróneamente que solo se distraen mucho o que son flojos, cuando en realidad están presentando crisis convulsivas de 10 segundos de duración. Éste es uno de los primeros diagnósticos a descartar en niños con estos síntomas.

Trastornos del neurodesarrollo

Si tienes un bebé que está tardando más de lo usual en caminar o hablar, o que no tiene la suficiente fuerza para sostener su cabeza o torso al sentarse cuando ya debería hacerlo, tal vez sea hora de acudir con un neurólogo pediatra para descartar que se tratase de un problema del neurodesarrollo.

Entre las principales causas de estos síntomas al inicio de la vida se encuentran la parálisis cerebral infantil, secuelas de meningitis, microcefalia, entre otros.

Estos son los principales ejemplos de síntomas o padecimientos que requieren de una valoración por el neurólogo pediatra. Si detectas que tu niño presenta movimientos involuntarios, notas cambios inusuales en su comportamiento o te percatas de que está tardando más que otros niños en aprender a caminar o hablar, es hora de acudir con el neurólogo pediatra para una adecuada valoración y tratamiento.

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Infarto cerebral y covid

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Infarto cerebral y covid

El virus Covid-19 es tan nuevo que se siguen descubriendo nuevos datos día con día, más de un año después de su aparición se sabe mucho más sobre sus causas y efectos, por ejemplo su relación con la presencia de infartos cerebrales en personas que superaron la enfermedad.

Como te mencionaba, este es un padecimiento nuevo que nos ofrece nueva información todos los días, por ejemplo, al inicio, se creía que esta enfermedad afectaba únicamente a personas con algún factor de riesgo (edad mayor a 65 años, diabetes, obesidad, hipertensión arterial, etc), sin embargo, en los casi 117 millones de casos reportados a la fecha a nivel mundial, se han visto afectados niños, jóvenes, y pacientes aparentemente sanos.

De igual manera, los primeros reportes mencionaban que afectaba principalmente a los pulmones, pero ahora sabemos que puede afectar a casi cualquier órgano.

¿Porqué el Covid-19 puede ser un factor de riesgo para sufrir un Infarto Cerebral?

Antes de entrar a detalle, es importante definir qué un infarto cerebral ocurre cuando hay una interrupción del suministro constante de sangre al cerebro, esto se debe al cierre u obstrucción de una arteria en el cerebro por un coágulo o una placa de ateroma.

La COVID-19 es una enfermedad multisistémica que afecta a muchos órganos y sistemas de nuestro cuerpo al provocar inflamación, pues la inflamación es una respuesta para protegernos de algún peligro, en este caso, una infección viral. Sin embargo, en COVID, esta respuesta es tan rápida y tan fuerte, que detona un evento llamado por los médicos como “tormenta de citocinas”.

Esto se refiere a que nuestro organismo libera todas las armas para defendernos, y en algunos pacientes es tan masiva que puede provocar algún daño en el organismo.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con un infarto cerebral? Pues bien, este tipo de inflamación tan fuerte que genera muchas células, sustancias y turbulencia en el torrente sanguíneo, es un factor de riesgo para que se produzcan coágulos en la sangre, los cuales pueden desprenderse y viajar hasta cualquier órgano, causando infartos. 

Si bien el riesgo es mayor en pacientes con factores de riesgo, también se han presentado casos en personas sin otro tipo de enfermedades y previamente sanos. 

Para conocer más sobre infarto cerebral, tratamientos y prevención, te invitamos a visitar nuestros demás temas. 



Síntomas de un Infarto Cerebral

Si ya tuviste o alguno de tus familiares ya tuvo Covid-19, es importante estar alerta a los principales síntomas de un infarto cerebral, que aunque varían de acuerdo a la parte del cerebro afectada, suelen ser los siguientes:

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¿Conoces los síntomas no motores del Parkinson?

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¿Conoces los Síntomas no motores del Parkinson?

La característica mejor conocida de la Enfermedad de Parkinson es el temblor o la dificultad para caminar, sin embargo existen otros síntomas no motores que pueden presentarse incluso antes que el temblor. Estos síntomas afectan de igual manera la calidad de vida de las personas que los padecen. 

Dentro de los síntomas no motores existen distintas variables de acuerdo a su tipo. Pueden ser sensoriales, gastrointestinales, de disfunción autonómica, entre otros. A continuación queremos detallarte algunos de los más comunes.



Síntomas no motores sensoriales
  • Disminución del olfato y sabor

La hiposmia y anosmia (disminución del olfato y pérdida total) están presentes en casi todos los pacientes, y hasta un tercio puede no oler nada. Esto provoca que disminuya el sabor de los alimentos.

  • Alteraciones de la visión

Estas alteraciones se producen por la lentitud de movimiento y descoordinación de los músculos que mueven los ojos o por alteraciones en la retina y pueden provocar dificultad para detectar colores, problemas en la visión de cerca, sequedad en los ojos y visión doble. 

Síntomas no motores gastrointestinales
  • Hipersialorrea

La caída de saliva por los lados de la boca y mentón ocurre cuando la saliva se acumula en la boca porque el paciente la mueve menos o traga menos.

  • Disfagia

La persona puede tener problemas para pasar agua y comida debido a la falta de coordinación en el acto motor de tragar, coordinado por boca, lengua, paladar, faringe y laringe.

  • Cambios de peso sin causa aparente

Puede haber pérdida o subida de peso. No se sabe bien por qué pasa, pero en personas con Párkinson avanzado, sucede incluso con una dieta correcta.

  • Estreñimiento

Tres o menos deposiciones por semana, o grandes esfuerzos para defecar. Se debe a una degeneración de los nervios que mueven el intestino. Algunos tratamientos de la enfermedad de Párkinson incrementan el estreñimiento.

Síntomas no motores del sistema nervioso autónomo
  • Disfunción de las vías urinarias

Sufrida por hasta un tercio de los pacientes. Se relaciona con la degeneración de las células nerviosas que controlan la vejiga, hiperactividad del músculo detrusor de la vejiga, así como alteraciones de la parte del cerebro que accionan el orinar.

  • Hipotensión ortostática

Disminución importante de la presión arterial al pasar de estar acostado o sentado a estar de pie. Se presentan mareos, aunque también confusión y dolor de cabeza. Es un síntoma de la degeneración nerviosa.

Síntomas no motores cognitivos
  • Demencia:

La demencia se puede desarrollar cuando la enfermedad avanza, aunque los pacientes sin demencia y sin datos de deterioro cognitivo muestran desde el principio alteración de funciones fronto-subcorticales.

Entre los factores de riesgo para su desarrollo se encuentran la presencia de síntomas axiales, caídas, alucinaciones y edad avanzada.

  •  Alucinaciones

Se pueden presentar hasta en la mitad de los pacientes. Las alucinaciones tienden a aumentar en frecuencia y severidad (en los cinco primeros años son fugaces y menores) volviéndose más estructuradas. El paciente puede perder la autocrítica y asociar sintomatología delirante paranoide o de celos. Un 10% puede sufrir alucinaciones auditivas, táctiles o gustativas.

Otros síntomas no motores
  • Trastornos del sueño

Pueden presentarse sueños violentos, pesadillas, insomnio y somnolencia diurna excesiva.

  • Depresión

Entre un 17 y 50% de las personas con Parkinson sufren depresión, ya sea por déficit de serotonina, estrés psicosocial de la enfermedad, entorno adverso, entre otras.

  • Dolor

Si el dolor es de gran intensidad, los pacientes pueden ser derivados a reumatólogos, traumatólogos o cualquier otro especialista. En el período OFF es más frecuente, y suele acompañarse de otros síntomas motores o no motores.

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Pérdida del olfato: Síntoma neurológico por Covid-19​

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Pérdida del olfato: síntoma neurológico por Covid-19

Con un 88% de incidencia en personas que han padecido Covid-19, la pérdida del olfato es el principal síntoma neurológico relacionado con la enfermedad. Conocido como anosmia, este síntoma puede predecir la evolución de la enfermedad mejor que otros síntomas más conocidos como la tos y la fiebre.

Aunque esta enfermedad se caracteriza principalmente por síntomas respiratorios leves (80%), en ocasiones estos síntomas respiratorios se acompañan de otras afectaciones. Por ejemplo, se ha reportado que en el 88% de los casos se presenta pérdida del olfato y/o el gusto

La pérdida temporal del olfato, médicamente conocido como anosmia, es uno de los síntomas tempranos de la enfermedad y también es el principal síntoma neurológico, siendo reconocido por la OMS en abril 2020 como síntoma de COVID-19  Estudios han demostrado que puede predecir la evolución de la enfermedad mejor que otros síntomas ya conocidos como la tos o fiebre. Los mecanismos por los cuales se pierde el olfato siguen siendo objetos de investigación

Se sabe que en la mayoría de los casos la infección por SARS-CoV-2 no causa daño permanente en los circuitos olfatorios neuronales que causan anosmia persistente. Por ejemplo, generalmente los pacientes con COVID-19 recuperan el sentido del olfato en el transcurso de semanas

Esto demuestra que el daño está en las neuronas de soporte más que en las neuronas del bulbo olfatorio, lo que nos indica que no hay necesidad de regeneración o creación de nuevas células, permitiendo que haya una recuperación del olfato y el gusto. Para aquellos que no consiguen recuperar el olfato, existe el entrenamiento olfatorio

¿En qué consiste el entrenamiento olfatorio?

El entrenamiento olfatorio acelera la recuperación y desarrolla la habilidad de detectar y diferenciar olores. Se debe olfatear un set de olores (se pueden usar aceites esenciales de limón, rosa, clavo y eucalipto) por 20 segundos cada uno por lo menos dos veces al día por al menos 3 meses. Estudios demuestran que mejora el sistema olfatorio en pacientes con infección previa. Es una terapia de bajo costo y muy pocos efectos adversos. 

¿Sirven otros medicamentos?

Los corticosteroides orales e intranasales se han utilizado para excluir algún en pacientes con anosmia postinfecciosa. Actualmente los corticosteroides no se recomiendan como parte del tratamiento ya que no hay suficiente evidencia que apoye su uso y hasta está contraindicado en pacientes con COVID-19 leve a moderado

Otros medicamentos que podrían beneficiar a los pacientes son el citrato de sodio que supuestamente ayuda a modular los receptores olfatorios intracelularmente. Vitamina A intranasal que pudiera promover la neurogénesis olfatoria y omega 3 que actúa como neuroregenerador. Estas terapias se consideran adyuvantes al entrenamiento olfatorio y es importante mencionar que no hay evidencia de que estas terapias sean 100% efectivas en pacientes con anosmia relacionada a COVID-19. 

Fuentes:

Whitcroft KL, Hummel T. Olfactory Dysfunction in COVID-19: Diagnosis and Management. JAMA. 2020;323(24):2512–2514. doi:10.1001/jama.2020.8391

Siobhan Harris. Training Your Nose to Smell Again After COVID-19  – Medscape – Jan 12, 2021.

Lechien, J.R., Chiesa-Estomba, C.M., De Siati, D.R. et al. Olfactory and gustatory dysfunctions as a clinical presentation of mild-to-moderate forms of the coronavirus disease (COVID-19): a multicenter European study. Eur Arch Otorhinolaryngol 277, 2251–2261 (2020). https://doi.org/10.1007/s00405-020-05965-1

Mehraeen E, Behnezhad F, Salehi MA, Noori T, Harandi H, SeyedAlinaghi S. Olfactory and gustatory dysfunctions due to the coronavirus disease (COVID-19): a review of current evidence. Eur Arch Otorhinolaryngol. 2021 Feb;278(2):307-312. doi: 10.1007/s00405-020-06120-6. Epub 2020 Jun 17. PMID: 32556781; PMCID: PMC7297932.

Davido B, Seang S, Barizien N, Tubiana R, de Truchis P. ‘Post-COVID-19 chronic symptoms’ – Author’s reply. Clin Microbiol Infect. 2020 Sep 6:S1198-743X(20)30528-0. doi: 10.1016/j.cmi.2020.09.001. Epub ahead of print. PMID: 32898714; PMCID: PMC7474820.

Meng X, Deng Y, Dai Z, Meng Z. COVID-19 and anosmia: A review base

d on up-to-date knowledge. Am J Otolaryngol. 2020 Sep-Oct;41(5):102581. doi: 10.1016/j.amjoto.2020.102581. Epub 2020 Jun 2. PMID: 32563019; PMCID: PMC7265845.



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¿Padeces estrés crónico? Cuidado con tu memoria

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¿Padeces estrés crónico? Cuidado con tu memoria

Típico que cuando tienes prisa no logras recordar en dónde dejaste las llaves, tu bolsa, ¡el cubrebocas! y es que como si no fuera suficiente el impacto que el estrés tiene en tu salud general, algunos estudios han revelado que además afecta de manera negativa a la memoria, principalmente aquella que tiene que ver con cómo ubicamos los objetos en el espacio.

Y es que, de acuerdo a algunos estudios, el efecto en la memoria depende también del tipo de estrés que se esté sufriendo en ese momento, por ejemplo, si es crónico, es decir de larga duración, la memoria se ve disminuida, pero si por el contrario, el estrés es agudo (un accidente de tránsito por ejemplo), el proceso de aprendizaje y la memoria mejoran debido a que esa se almacena en la zona cerebral que tiene que ver con la supervivencia.

La hormona llamada cortisol u hormona del estrés se produce en gran cantidad en las glándulas suprarrenales cuando hay algún evento estresante que afecta nuestra vida y diversas investigaciones han concluido que el cortisol modifica la estructura del cerebro.

Por ejemplo, experimentos en animales han demostrado que en situaciones de estrés crónico, el cortisol disminuye el número de conexiones cerebrales o sinapsis de la parte delantera de los lóbulos frontales, una zona cerebral que almacena la memoria de hechos recientes. 

Por otro lado, el estrés hace que se forme una mayor cantidad de sustancia blanca (compuesta por fibras de conducción nerviosa), con lo que disminuye proporcionalmente la cantidad de células cerebrales o neuronas.



Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar que el estrés afecte nuestra memoria? Aquí algunas sugerencias:

  • Hacer ejercicio diariamente. 

La oxigenación de los tejidos mejorará la función de los órganos, incluido el cerebro.

  • Mantener una nutrición balanceada. 

La ingesta de alimentos saludables: frutas, vegetales y pescado fresco, proveerá las vitaminas y antioxidantes necesarios para una función cerebral adecuada.

  • Priorizar las cosas que debemos recordar. 

Es recomendable hacer una lista, en orden de prioridad, de las cosas más importantes que tenemos que recordar.

  • Evitar hacer varias cosas a la vez. 

Especialmente si son complicadas. El cerebro puede hacer varias acciones a la vez, pero especialmente cuando hay estrés, el cerebro no puede resolverlas todas y el resultado es el olvido.

  • Dormir bien. 

Durante el sueño el cerebro es capaz de “ordenar y almacenar” los conocimientos adquiridos durante el día. Las personas que no duermen bien, tienen problemas para recordar y para aprender.

  • Hacer un esfuerzo intencional para prestar atención a las cosas que nos rodean. 

Una de las principales causas por las que muchas veces no recordamos las cosas es porque no prestamos atención a los detalles. Ser observador y estar atento puede ayudarnos a recordar mejor las cosas.

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Un diagnóstico a tiempo

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Un diagnóstico a tiempo

Cuando Carlos empezó a tener problemas de visión, pensó que necesitaba cambiar la graduación de sus lentes, nunca se imaginó que lo que le estaba provocando esta pérdida de visión era un Glaucoma. Gracias a un examen de Potenciales Evocados visuales se pudo detectar el padecimiento y empezar un tratamiento antes de que el daño fuera mayor.

Carlos llegó a Neurocenter referido por su oftalmólogo, quien le indicó la realización de este examen, el cual permite evaluar la integridad del nervio óptico, encargado de llevar la información que recibe el ojo hasta la corteza cerebral. 

“Ni siquiera sabía que existían los potenciales evocados, agradezco tanto haberme realizado este examen antes de perder la visión por neuritis óptica”, recuerda Carlos.

 ¿Qué son los potenciales evocados?

Y es que aunque la neuritis óptica es una de las principales causas de ceguera para las personas mayores de 60 años, existen algunas formas de esta enfermedad que no presentan signos de advertencia, por lo que muchas veces se detecta cuando ya se encuentra en una etapa avanzada.

Así que el que Carlos se haya realizado este examen para determinar la causa de sus síntomas visuales, fue sin duda un gran acierto, pero ¿qué son los potenciales evocados? 

Estos son un grupo de estudios de neurofisiología en los cuales se registra la respuesta cerebral ante un estímulo, ya sea de tipo sensitivo, visual o auditivo, de manera que se evalúa la integridad de la vía estimulada, es decir la vía encargada de transmitir la información sensitiva hasta el cerebro.

En el caso de Carlos, por se un problema de visión se realizó un estudio de potenciales evocados visuales, a través del cual se registran las variaciones de potencial en la corteza occipital provocada por un estímulo sobre la retina. 

“Fijate que yo llegué con mi oftalmólogo pensando que necesitaba renovar mi graduación en los lentes, porque veía lucecitas, cosas raras pues, y me pidió los potenciales evocados, ¿eso con qué se come?, le pregunté, y mira, bien sencillo, rápido y ya tengo mi diagnóstico”, nos platica Carlos.

Además de la neuritis óptica, esta prueba ayuda a diagnosticar una serie de patologías del nervio óptico y de la corteza occipital como:

¿En qué consisten los potenciales evocados? 

Es un estudio no invasivo y sin efectos secundarios que consiste en la colocación de electrodos sobre el cuero cabelludo para sensar el estímulo empleado. La forma de realizarlo depende del tipo de estímulo que se va a realizar, en el caso de los potenciales visuales el estímulo es mediante exposición a una luz.

“Aquí la tecnología es de primera, todo está nuevecito y brillante, yo la verdad me sentí en las mejores manos, te explican cada paso y siempre te sientes acompañado, los médicos todos bien preparados, hasta mi oftalmólogo quedó contento con el examen”, asegura Carlos.

Por nuestra parte, también nos da satisfacción contar con pacientes como Carlos, que llegan con la disposición de seguir las indicaciones de los especialistas, pero principalmente con la confianza de que recibirá la mejor atención de parte de expertos.

 

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¿Qué es la prevención secundaria en un infarto cerebral?

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¿Qué es la prevención secundaria en un infarto cerebral?

Si ya se presentó un Infarto Cerebral, existen medidas preventivas que se pueden tomar para evitar que se presente de nuevo, además de que permiten disminuir el daño causado por el primer evento, recuperando nuestra funcionalidad, a ello se le conoce como prevención secundaria de un infarto cerebral.

Evitar nuevos infartos: Prevención secundaria

Como se mencionó anteriormente, a pesar de realizar una prevención primaria, puede presentarse un infarto cerebral. Es a partir de aquí donde entra el concepto de prevención secundaria. 

La prevención secundaria hace referencia a todas aquellas medidas (farmacológicas y no farmacológicas), que nuestro especialista recomienda para tratar de evitar que se presente un segundo infarto cerebral, y no solo eso, son también aquellas medidas que nos permiten disminuir el daño causado por el primer evento, recuperando nuestra funcionalidad: la rehabilitación.

El papel del neurólogo es esencial en la prevención de nuevos infartos cerebrales, la manera en que toma medidas y recomendaciones se basa en un examen completo de los siguientes elementos:

 

  • Detectar la causa del infarto cerebral (una arritmia cardíaca, la ruptura de una placa de colesterol en una arteria, etc). Esto lo realiza gracias a diferentes estudios para evaluar el origen del mismo. 
  • Conocer nuestro perfil metabólico: ¿qué tan bien estamos de colesterol, glucosa, tiroides, presión arterial y peso?.
  • Dependiendo de su evaluación determinar qué medicamentos nos pueden ser útiles como aspirina en dosis bajas, medicamentos para disminuir colesterol, o en algunas ocasiones algún tipo de procedimiento. 

 

Parte del papel de la prevención secundaria es permitirnos disminuir las secuelas del primer infarto cerebral. La rehabilitación física y la terapia recomendada por nuestro especialista es siempre nuestro mejor aliado para recuperarnos del daño que nos pudo haber ocasionado un infarto cerebral. 

El riesgo de presentar un infarto cerebral es diferente en cada persona. Esto se debe a que existen muchos factores que nos predisponen en mayor o menor riesgo a sufrir este tipo de padecimiento.

Algunos de estos factores de riesgo son modificables, es decir, al detectarlos podemos hacer algo al respecto para disminuir dicho riesgo, entre ellos están el estilo de vida sedentario, el sobrepeso, dieta no balanceada, fumar en exceso, solo por mencionar algunos. Por otro lado existen factores llamados no modificables, porque no podemos hacer algo al respecto para eliminarlos (edad, género, factores genéticos). 

La prevención ideal: Prevención primaria

Una vez que en un paciente detectamos factores de riesgo, es hora de empezar a actuar para eliminarlos. La meta es evitar que se presente un infarto cerebral.

Por tanto, la prevención primaria, se refiere a todas aquellas acciones, cambios en el estilo de vida principalmente, que nos permiten reducir el riesgo de desarrollar un infarto cerebral (aunque en algunas situaciones es útil el uso de medicamentos, siempre recomendados por nuestro médico).

Existe mucha evidencia científica sobre el impacto bueno que tiene, por ejemplo, realizar ejercicio aeróbico, una dieta balanceada, dejar de fumar, controlar otras comorbilidades como mantener la glucosa y la presión arterial dentro de niveles normales. 

Sin embargo, es importante recordar que existen factores de riesgo no modificables, y a pesar de mantener una vida sana, pudiera llegar a presentarse un infarto cerebral. Por eso es importante acudir con nuestro médico y especialista en nutrición para conocer sobre nuestro riesgo y las medidas que podemos tomar de manera preventiva. 

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Tu cerebro es una fábrica de sueños

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Tu cerebro es una fábrica de sueños

Los sueños son producto de un trabajo en conjunto de diferentes zonas del cerebro y, dependiendo de su actividad, podemos tener dulces sueños o terribles pesadillas, pero ¿en dónde se producen?, ¿cuánto duran?, ¿En qué momento soñamos? En este artículo queremos compartirte información sobre “la fábrica de sueños” en tu cerebro.

Y es que aunque no lo parezca, existe mucho de ciencia  en los sueños. Así lo han demostrado diversos estudios con base científica que se han realizado sobre esta actividad cerebral.

Una de estas investigaciones, realizada entre científicos de Estados Unidos, Suiza e Italia y publicada en Nature Neuroscience, reveló algunos datos sobre lo que sucede durante el descanso nocturno, por ejemplo, que los sueños ocupan el 95% del tiempo durante la fase REM, la más ligera, y durante la cual pasamos rápidamente entre el dormir y estar conscientes.

Se determinó además que la corteza cerebral es la encargada de generar los sueños,  y su contenido, aunque fantasioso, proviene de nuestras propias experiencias. Como ya lo mencionamos, este es un trabajo en equipo, así que otro sistema que participa durante esta actividad es el sistema límbico, el cual regula las emociones y está activo durante el sueño, mientras que la amígdala responsable de las sensaciones de miedo y ansiedad, aporta lo suyo. Esa es la razón por la que nuestros sueños pueden ser positivos o transformarse en pesadillas.

Te puedo asegurar que ninguno de los sueños que recuerdas tiene lógica, por el contrario, pareciera que nada tiene sentido, y hay una razón para ello, pues las zonas menos activas del cerebro son las de los lóbulos frontales, justamente las encargadas del raciocinio, por ello lo ilógico puede parecernos normal al dormir, pero extraño una vez que despertamos.

Gracias a que en sus experimentos, los investigadores lograron observar la distribución de los diferentes tipos de ondas cerebrales generadas en las diversas fases del sueño, es que pudieron localizar las áreas involucradas en el proceso de soñar con tal precisión que podían saber el momento exacto en el que los voluntarios estaban soñando.

Algunos de los puntos relevantes que se lograron descifrar gracias a este tipo de investigaciones son los siguientes:

 

1.- La “fábrica de los sueños” estaría justo encima de la nuca, en un punto bastante superficial.

Los investigadores la han llamado hot zone o zona caliente cortical posterior.

“Es un área que se vuelve muy activa cuando comenzamos a soñar”, explica Francesca Siclari, neuróloga del Hospital de la Universidad de Lausana y una de las coordinadoras de la investigación.

 

2.- Por qué olvidamos los sueños

Nuestra memoria funciona por asociación de ideas. Únicamente cuando asociamos algo con una situación global podemos recordarlo. Esta es la razón por la que, cuando soñamos, nuestro cerebro construye narraciones complejas y no recuerda elementos aislados.

Los recuerdos se forman, en primer lugar, en el hipocampo, y después se pasan a otras partes del cerebro, como es el caso del neocórtex.

Esta sincronización, que se produce en nuestro estado consciente, no es sencilla que se produzca durante el sueño. Por ello es difícil recordar lo que soñamos.

 

3.- El sueño es, para el cerebro, una experiencia real y no solo algo que inventamos al despertar.

Tanto en la fase REM, como en la no-REM, se ha visto un aumento en las ondas cerebrales de alta frecuencia en áreas normalmente activas durante el estado despierto, como si la persona experimentara realmente lo que aparece en sus sueños.

“Es la prueba”, asegura la neuróloga, “que el sueño es, para el cerebro, una experiencia real y no solo algo que inventamos al despertar”.

Según los investigadores, el hecho de que la experiencia onírica tenga una base neurológica observable refuerza la teoría de que los sueños también se pueden definir como experiencias en las que la conciencia está activa.

Y si la actividad de la hot zone es un espía de la capacidad del cerebro para vivir experiencias a pesar del sueño y la inmovilidad, el descubrimiento también podría tener aplicaciones médicas.

“Nuestra investigación – dice Siclari – puede ofrecer nuevos marcadores para evaluar el estado de conciencia en casos de coma o durante la anestesia”.

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Una debilidad que me hizo fuerte

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Una debilidad que me hizo fuerte

A Lucía le diagnosticaron Esclerosis Múltiple aquí en Neurocenter. Cuando llegó empezaba a desarrollar paresia, es decir, debilidad en sus músculos, por lo que al recibir su diagnóstico lo primero que temió fue dejar de caminar.

Sin embargo, en algunos meses hemos logrado revertir algunos de sus síntomas, mejorando su calidad de vida y ayudándola a olvidar algunos de sus temores, de hecho, ella misma nos comparte un poco de su historia.

 ¿Qué es una paresia?